A las mujeres nos critican por muchas razones, dicen que no sabemos manejar bien, que gastamos más de la cuenta, que se nos olvidan cosas importantes o que siempre recordamos aquello que debemos dejar ir, que no entendemos de computación, o que no somos tan buenas en matemáticas, que nos fijamos en cada detalle o que nunca paramos de hablar, en fin, usted puede sumar sus propios comentarios a esta lista. Pero ¿es tan así como se dice?
Cuando voy manejando cada mañana a dejar a mis hijas al colegio pienso que no es tan así, y reflexiono sobre las cosas que sí hacemos bien, a pesar de las críticas, como manejar los flujos, ritmos y horarios de nuestras familias y hogares; coordinar a varias personas para que hagan lo que deben hacer; preocuparnos al mismo tiempo de comidas, ropas, tareas, diligencias varias y citas al doctor; manejar las finanzas del hogar y hacer rendir el presupuesto que tenemos (siempre escaso estos días); vigilar sueños y preocupaciones propias y ajenas; manejar todos los imprevistos diarios de esta vida ajetreada que llevamos; apoyar a nuestras familias y a nuestra pareja para que todos salgamos adelante juntos.
Es decir, que manejar un hogar se parece bastante a dirigir una oficina o un centro de distribución, con la salvedad del sueldo, claro. Porque manejar clientes es como negociar permisos y responsabilidades con los hijos; abastecer un comercio es como ir de compras al supermercado o a la feria y asegurarse de que el presupuesto no se desbande al buscar la calidad de los productos; ir a dejar y a buscar a los hijos al colegio a la hora requiere una planeación de flujos del transporte mejor que el Transantiago; asegurarse que toda tu familia esté bien y en buena salud es similar a manejar los ambientes de oficina para hacerlos más felices y productivos; hacer tareas con tus hijos –hoy en día- es más complicado que conectarse a sistemas informáticos de clase mundial; pagar cuentas y preocuparse por el futuro es cómo manejar una pyme en tiempos de crisis.
En fin, la naturaleza nos dio la habilidad a las mujeres de ser multidisciplinarias, y poder hacer, pensar y ejecutar múltiples tareas al mismo tiempo, competencia que nos ayuda a desarrollarnos no sólo en nuestros hogares sino que en nuestros trabajos; y esta tendencia es algo que se empieza a reflejar en el ambiente laboral, porque las mujeres están avanzando con su presencia en áreas tan masculinas como la logística. Se han dado cuenta de nuestras habilidades, y nosotras nos atrevemos a crecer laboralmente.
Al ser editora de deLogística he podido comprobar todo lo antes mencionado, por eso se hizo necesario el rendir este homenaje editorial a nosotras las mujeres, en pleno mundial de fútbol, y poder percatarse que las mujeres somos mucho más de lo que históricamente se nos ha dado crédito. Esto no se trata de ser feminista ni nada parecido, esto se trata de mostrar lo que muchas veces no se ve porque se da por sentado, porque tanto hombres como mujeres somos valiosos y debemos colocarnos de acuerdo en los roles que debemos tener, tanto en nuestras familias como en las empresas que trabajemos, porque las cuentas claras conservan la amistad.
Cecilia Hevia Kaluf
Editora en www.delogistica.com
PD: Siempre recuerdo a un gran humorista chileno que dijo que las mujeres somos de “mármol”, es decir, mar en las mañanas y mall en la tarde, querido humorista, somos mucho más que eso (igual bueno el chiste).
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