La Cadena de Suministro de atención a desastres provocados por fenómenos naturales.
El objetivo de la logística es la satisfacción de la demanda de productos y servicios, mediante una administración eficaz y eficiente de los recursos, de manera que estos lleguen al lugar requerido, en el momento preciso y en las condiciones (cantidad y calidad) deseadas, en las mejores condiciones de costo y atención al cliente. Las empresas conocen muy bien este concepto y se abocan a diseñar y operar los procesos en la cadena de suministro para que este objetivo se cumpla.
Pero ¿qué ocurre cuando la demanda proviene de necesidades no previstas de la población y generadas por eventos causados por fenómenos naturales como huracanes, sismos o incendios forestales? Satisfacer esta demanda es el objetivo de la Logística Humanitaria y si bien hay estrategias de la Logística Comercial (sincronización de procesos y coordinación entre las partes involucradas) que pueden aplicarse, hay tres diferencias fundamentales: el objetivo, la naturaleza de la demanda y los agentes involucrados.
El objetivo de la Logística Humanitaria es la atención inmediata a las víctimas para evitar pérdidas humanas y lograr la recuperación de las condiciones anteriores al impacto en la zona afectada, posiblemente mejorándolas. Los procesos ahora están orientados a minimizar el costo social antes que los costos económicos. Pero el costo social, entendido como la pérdida del bienestar, depende de factores socioeconómicos, políticos, culturales, y del nivel de vulnerabilidad de la población y de la infraestructura afectada, lo que dificulta su cálculo. No es igual el costo social de un sismo en Japón, que en Haití, ni tampoco los recursos necesarios para su recuperación.
Si bien ciertos fenómenos naturales pueden anticiparse, estimar los daños resulta prácticamente imposible. El caso del Huracán Patricia, catalogado como el más peligroso de la historia y que se anticipaba impactaría de manera catastrófica las costas Mexicanas en octubre de 2015, perdió intensidad al tocar tierra, provocando daños mínimos. Manuel, en 2013, con una intensidad menor causó daños al puerto de Acapulco, con pérdidas humanas y daños en la infraestructura que no han podido recuperarse por completo.
En Logística Comercial la demanda a corto plazo se estima a partir de datos del mercado y se busca estimular mediante estrategias de mercadotecnia; en Logística Humanitaria no se tiene datos confiables de las pérdidas futuras y las estrategias están, por el contrario, encaminadas a mitigar estos daños.
La atención a desastres provocados por fenómenos naturales involucra diferentes actores, gubernamentales, privados, locales, nacionales e internacionales, cuya coordinación es esencial para obtener los resultados que la sociedad espera, pero esto no siempre se logra. Cada uno de estos agentes tiene sus propios métodos, no siempre compatibles e información que no es compartida con la premura requerida. Las condiciones demográficas y los niveles de vulnerabilidad, previas al fenómeno por ejemplo, es información crítica para determinar el tipo de asistencia necesaria. Esta información se genera en organismos gubernamentales o regionales, pero no está siempre disponible en el momento requerido para que los agentes involucrados en las operaciones de rescate (Fuerzas Armadas, Cruz Roja, donantes) actúen con la eficacia necesaria.
La frecuencia con la que los fenómenos naturales provocan situaciones de desastres, probablemente debido actualmente al cambio climático, presenta retos importantes que deben ser analizados por los expertos en logística, tomando en cuenta que la problemática es de carácter multidisciplinario y que requiere consideraciones éticas porque el objetivo involucra vidas humanas.
Colaboración de Cristina Gigola para www.delogistica.com
Departamento Académico de Ingeniería industrial y Operaciones
Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)
@CristinaGigola