Chile, de tigres y dragones a medias tintas

Quizás esta editorial pueda sonar a lo que es, o a algo ambiguo y sin sentido, pero para que entiendan nuestros lectores, primero los tigres y los dragones suenan a líderes de algo y los medias tintas dicen relación con lo que no lo son tanto, es decir, medianamente chanta (mediocre); sin embargo, dice relación con algo más profundo, que es ser y no ser, o parecer, quizás por la idiosincrasia, la raza, los prehistóricos, los meteoritos, los extraterrestres. En fin, como chilenos sabemos de medias tintas y de chilean way, he aquí esta editorial, esa que habla quizás de lo no más blanco y puro de nosotros, sino de aquello que es una oportunidad para mejorar, el ser consecuente e ir de frente, solo eso y nada más.

En los años noventa a Chile lo trataron del tigre de Latinoamérica y a finales del siglo y a principios del siguiente como todo un dragón; sin embargo, nos pilló la máquina, nos pillaron los nuevos tiempos, aquellos que hablan de hacer países sustentables, equitativos y justos, palabras nunca vistas en este confín del mundo, lo cual sin duda nos dejó –como se dice en la jerga popular- marcando ocupado, que no es más que reconocer “el no saber qué hacer”, así de simple.

Vamos por partes, primero ¿porque tanta adulación a Chile a mediados de los noventa? Simplemente porque crecía (en el PIB) más allá del resto de los países de la región y sus alrededores, después de la dictadura llegó el libre mercado con lo social y sus oportunidades; quizás pasamos de la libreta del almacén a la tarjeta de crédito sin intermedios, es como jugar un partido de futbol de 90 minutos sin descanso, lo que sin duda nos trajo dificultades.

Sin duda, hoy en día la sustentabilidad y sostenibilidad son palabras bonitas, pero detrás de ellas si no hay algo consecuente, firme y ético lo demás es poesía, para nosotros como delogística ha sido una evangelización fanática (como dirían los escépticos a los religiosos) pero muy incansable, hasta la médula, con el objetivo de exponer que los negocios, la logística, las operaciones y las producciones de la cadena de abastecimiento se hacen en forma ética, siempre pensando en los equipos en primer lugar y luego en paralelo en los clientes.

Para adelante, a nuestro querido Chile, que es un lugar al sur de Estados Unidos (como decía la canción del grupo chileno Los Prisioneros), no nos queda más que aprender, crecer y sobre todo hacer los proyectos sustentables, con una visión y misión de triple resultado, es decir, ambiental social y económico, sin duda el resto será poesía; pero no podemos pretender ser tigres o dragones si antes no fuimos cachorros o gatitos, nos saltamos el paso intermedio, ese paso que hoy en los 2000 tanto nos pesa, tanto extrañamos y sobre tanto nos hace falta, ya que antes de aprender a caminar, hay que aprender a gatear.

Nosotros pasamos de andar a pies descalzos a caminar con botas sin antes ni siquiera colocarse zapatillas, suena a metáfora, pero no lo es, es simplemente una brutal honestidad para que entendamos sin mentiras ni rodeos, uno de nuestros pecados capitales: la soberbia sin sustento, esa petulancia sin bases sólidas, esa arrogancia que no se justifica, primero aprendamos y después hablamos, o si no será como no haber vivido la adolescencia y haber pasado a la adultez, o simplemente no entender que las cosas para avanzar en forma sustentable debemos hacerlas bien ahora y no mañana, ya que mañana sin duda será muy tarde.

Matías Moreno para www.deLogística.com

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