Una de las principales debilidades actuales de la Unión Europea, rica en mezcla de culturas y diversidad laboral, consiste en el desarrollo del transporte intermodal. Uno de los objetivos marcados en SMART-RAIL (proyecto Europeo para la mejora de los servicios logísticos del ferrocarril), se enmarca en el aumento de la cooperación entre los agentes integrantes de la cadena de transporte (ferroviaria y no ferroviaria) para un mayor equilibrio modal en Europa.
El proyecto SMART-RAIL engloba a 19 organizaciones y pretende mejorar los servicios logísticos ferroviarios apoyándose en cinco áreas críticas: confiabilidad, flexibilidad, lead time, coste y visibilidad. Es por tanto de vital importancia promover el transporte intermodal para la mejora de estas áreas críticas.
El transporte de mercancías en Europa decayó en 2009 debido a la crisis económica mundial acaecida; desde entonces, los volúmenes de carga intermodal han ido creciendo de forma paulatina hasta alcanzar los 20.8 millones de unidades TEU (en inglés “Twenty-foot equivalent Unit” o “veinte pies”) en 2013. Se espera que en los próximos años este crecimiento continúe a un ritmo del 4%.
El transporte ferroviario intermodal por su parte, ha experimentado un crecimiento notable en comparación con el transporte ferroviario puro. La explicación radica en el aumento del número de transportes internacionales y también en el aumento de transporte desde los puertos marítimos hacia sus zonas de influencia del interior –hinterland-, lo que induce a pensar en las posibilidades del ferrocarril en combinación con otros modos respecto al uso unimodal. Aunque la carretera continúa siendo el modo de transporte predominante, existen otros factores medioambientales -como la huella de carbono- que hacen que el modo ferroviario se posicione por delante, a pesar de la falta de flexibilidad frente al transporte por carretera. Sin embargo, la combinación de ambos modos permite ofrecer las garantías de flexibilidad y confiabilidad que el cargador exige, entre otras.
Con todo esto, todavía queda mucho camino en el ámbito de la planificación de rutas intermodales en Europa; se necesita un consenso y una planificación integrada por parte de cargadores, operadores y 3PL. Uno de los principales problemas suele ser la carencia de conocimiento acerca de las redes logísticas en otros países. No existe constancia acerca del impacto que un retraso al inicio de la cadena de suministro puede originar aguas abajo. Por tanto, esa falta de comunicación hace que la información tampoco fluya de la manera adecuada.
Parte de la problemática radica en las diferencias y barreras sociales –idioma- y legislativas, como, por ejemplo, la falta de equipamientos estandarizados en terminales, o regulaciones y normativas diferentes según el país. Es más, el impacto es aún mayor cuando se trata de atravesar fronteras entre países.
Es necesario en un futuro próximo un cambio de mentalidad entre los actores involucrados en la cadena de suministro. Las partes implicadas no están siempre dispuestas a delegar el control de su parte de la cadena de transporte y ahí radica gran parte del problema, ya que ven a los otros actores como competidores.
Una parte de SMART-RAIL se encarga de analizar estas barreras y de la búsqueda de soluciones para una mayor cooperación entre los agentes, no solo para mejorar el transporte intermodal, sino con el objetivo de optimizar los volúmenes de carga transportados, hacia el concepto denominado sincromodalidad.
Durante el desempeño de este proyecto se están explorando oportunidades para los servicios intermodales y formas de cooperación entre redes logísticas, estableciendo objetivos comunes y enfoques a partir de los cuales se puedan desarrollar nuevos modelos de negocio y de gobernancia.
Uno de los mecanismos para conseguir romper las barreras percibidas por los agentes involucrados en la cadena de transporte es la denominada Torre de Control. Dicha Torre de Control funciona como una plataforma de intercambio de información en tiempo real, lo que permite la mejora de los procesos de monitorización y proporciona a su vez un mayor conocimiento sobre las posibles causas de interferencias en la red. De esta forma es viable plantear planes de mitigación como rutas alternativas para determinados envíos.
Para el desarrollo y la conceptualización de la Torre de Control se han desarrollado una serie de indicadores de medición de relevancia directamente relacionados con el concepto de sincromodalidad, tales como el tiempo de tránsito, la visibilidad del servicio, el desempeño de carga y descarga y la disponibilidad del servicio de tren entre otros.
Desde Zaragoza Logistics Center (ZLC) se está trabajando en incrementar los diferentes niveles de conocimiento a los grupos de mercancías interesados en los países de la Unión Europea. Este esfuerzo incluye la diseminación de información sobre redes de transporte de mercancías, así como oportunidades intermodales y promoción de relaciones laborales entre socios comerciales potenciales.
La mejora del transporte intermodal conllevará por tanto múltiples beneficios. En particular, existe un potencial elevado para reducir los costes derivados del transporte, la mejora de la confiabilidad y la robustez de los servicios y la reducción de la huella de carbono de las operaciones logísticas. Las nuevas capacidades analíticas arrojarán luz sobre cómo se puede desarrollar el transporte intermodal en Europa. Por supuesto, también hay beneficios intangibles, como pueden ser el aumento de la colaboración entre grupos de actores en la Unión Europea, y una nueva mentalidad para el desarrollo de soluciones de transporte de mercancías.
Colaboración para www.delogistica.com de Susana Val, Associate Research Professor of Zaragoza Logistics Center (ZLC).