Como lo hemos mencionado muchas veces el transporte es una de las áreas de la logística más importante, no solo por ser operativamente el medio fundamental para llegar a tiempo a los clientes y cumplir la promesa de entrega, sino también por los costos involucrados en él.
Por esta razón la optimización del transporte puede generar ahorros importantes en la logística general de la empresa, sin embargo es aquí donde surge un “amigo no grato” más conocido como “flete falso”.
Se denomina flete falso a aquel movimiento operacional de transporte que por una u otra razón no va ocupando en forma óptima la capacidad total del medio de transporte en todas sus formas; por ejemplo, si lo llevamos al transporte terrestre en donde tenemos un camión semirremolque con capacidad de 28 toneladas, y solo lo cargamos con 20 toneladas de un producto cuyo factor de estiba es el peso, tendríamos un flete falso de 8 toneladas, considerando que si nosotros pagamos por viaje, estaríamos pagando 8 toneladas de sobre costo que no utilizamos.
Por tal razón es muy importante ocupar siempre la capacidad total del camión y así no incurrir en sobrepagos por efecto de fletes falsos. Lo ideal es pagar por unidad de medida y evitar dentro de lo posible pagar por viaje, ya que éste desincentiva la optimización del viaje traspasando esas ineficiencias al mandante, en cambio si se paga por unidad de medida el transportista estará muy preocupado que se cargue el máximo de capacidad, siempre respetando los pesos por eje.
El eliminar los fletes falsos depende de despachadores, choferes y de incentivos de pagos que induzcan a la optimización de la carga.