Cuando pensamos en asumir nuevos desafíos, ya sea cambiándonos de área dentro de una misma empresa o cambiándonos a otra compañía, hay varios factores que consideramos tales como incentivos, tamaño, equipos u otros que son importantes para nosotros; sin embargo, hay un elemento que es una verdadera lotería, ese factor que es tan imprevisible como la familia que nos toca, ese componente lo podríamos llamar “JEFE”, ya que sin duda no sabemos cómo es, hasta trabajar con él, y es ahí donde la felicidad o el calvario recién comienza.
Sin duda, que si en vez de un Jefe nos toca un líder empático, cercano, ético, profesional no debiésemos tener problemas, es más, nos puede dar un tremendo incentivo para seguir y crecer en la empresa que hayamos elegido; sin embargo, si nos toca un Jefe de esos que generan el efecto contrario de un buen líder, sin duda estaremos en problemas (si somos éticos y nos gusta trabajar en equipo), ya que una de las características principales de este “tipo de personaje” es la inmensa o tremenda inseguridad profesional que lleva en sus hombros, que por lo general está dada no por una infancia difícil, sino porque las “herramientas” para entrar, mantenerse y figurar en los distintos trabajos quizás no ha sido la de las personas que han tomado el camino largo, con tropiezos, aprendizajes y logros, a estas personas por lo general les gusta el camino corto.
Pero ¿qué perfil profesional o personal tiene este Jefe? La experiencia nos dice que son extremadamente individualistas, no confían en nadie (de hecho ni en sus propios amigos colegas), como lema tienen que el fin justifica los medios (inclusive si se trata de sus propios equipos), por lo general también tienen “santos en la corte”, es decir, alguien que los trajo, alguien que hace lobby por ellos y sobre todo alguien que les dice también como actuar, sin embargo, al ser profesionales que llegaron a puestos de avanzada sin validación, por lo general duran lo que duran esos “santos en la corte” en las empresas, y no hay más, y tampoco les interesa trascender.
Aquí lo que nos preocupa es ¿qué pasa con los equipos que les toca estos personajes en algún momento? Es una difícil pregunta, sobre todo cuando esos equipos o profesionales son éticos, muy capaces y admirados, quizás lo que logran es que se vayan frente a tanta mediocridad o simplemente se dejen ir, es decir, esperan que los despidan para que también frente al equipo demuestren su profesionalismo y ética hasta el final; sin duda, aquí es donde más les duele a estos pseudo-jefes que no los valida ni su mamá, ya que en el área de la ética están “débiles” y quizás no por pocas clases de ética sino que por convicción, y eso amigos es de cuna y esto no se cambia es lo que es y punto.
Lo que nos queda es mantener nuestra línea y ética en todos los trabajos sea cual sea, es lo único que nos dará sustentabilidad para nuestras familias y sin duda para nosotros mismos, recuerden que la culpa no es del afrecho sino quien les da de comer, siempre piensen que son buenos profesionales, valórense, luchen por las decisiones éticas, muchas veces no verán los resultados en el corto plazo; pero sin duda trascenderán en el mediano y sobre todo largo plazo cuando sus hijos y nietos se sientan orgullosos de ustedes.
Un abrazo y no hay más
Rodrigo Rojas Toledo para deLogistica
PD: Lo anterior lo escribo desde la experiencia de ver la mediocridad muy de cerca.
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