Que a veces las personas le tienen miedo a lo nuevo qué duda cabe, casi siempre se sienten más seguros en lo conocido y en las rutinas, tanto en las empresas como en la vida privada, esto sin duda tiene explicaciones sociológicas, psicológicas, metafísicas, etc., en fin, pero ¿es beneficioso para la innovación? Claramente no, como lo hemos explicado algunas veces, en esta editorial queremos darles una mirada humana a las bases para empezar hablar de innovación.
Vamos por partes, Einstein lo dijo alguna vez: “si quieres resultados distintos, debes dejar de hacer lo mismo”, y es en esta reflexión donde la palabra manoseada llamada innovación cobra un sentido distinto, ya que el sentido de innovar no es mejorar tecnologías, maquinarias u otra cosa sobre algo establecido, sino que consiste en pensar distinto y empezar a crear cosas nuevas, que en lo posible no estén en ninguna parte, y si a eso le sumamos lo social y ambiental, tenemos una innovación que trae beneficios a las sociedades en todos los campos, aquí está el desafío.
Dado lo anterior ustedes creen que ¿podemos generar diversidad en un grupo de amigos que tuvieron vivencias similares en todo orden? Difícil, ya que por lo general tendrán un horizonte pequeño a evaluar y se validarán como super capos unos a otros, sin embargo, quizás incluyendo personas de distintas partes de la sociedad en forma real podría hacer la diferencia.
Lo anterior se llama diversidad, esa palabra que engloba muchas personas pero todas distintas o muy diferentes que al final llegan a consenso con algo global, aquí no hay buenos ni malos, sino que personas que aportan una parte importante del rompecabezas que queremos armar y que se llama innovación, por lo tanto sin duda el que tengamos individuos diversos enriquece nuestras ideas, mercados y personas, ya que lo que salga de ahí estará más cercano a la realidad o al resultado que la sociedad espera en forma real y concreta; para los matemáticos es solo un tema de probabilidades, si tienes cubierto el mayor número de personas consultando y evaluando costumbres, sin duda, el riesgo de fracaso disminuye.
En concreto, debemos eliminar paradigmas y salir de nuestra zona de confort o validación constante, debemos ser capaces de aceptar críticas y por sobre todo de reconocer que estamos equivocados, una vez que podamos eliminar estos paradigmas estaríamos en condiciones de invitar a los equipos más diversos con respeto, humildad y empatía, con el fin de sacar lo mejor de cada uno y así lograr la tan ansiada innovación.
En resumen, salgan de sus grupos de lo que sea, vayan y busquen personas muy distintas a ustedes conversen y aprendan, y quizás por ahí llegaremos a una solución, producto o servicio innovadora.
Rodrigo Rojas Toledo para www.delogistica.com
PD: Por decisión de vida a mis hijos los coloco en los colegios en que ojalá vaya la mayor cantidad de personas distintas.
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