Logística humanitaria frente a desastres naturales

Chile, junto con Japón, son considerados los países más sísmicos del mundo debido a su larga estadística de casos; incluso en nuestro país ocurrió el terremoto más grande registrado instrumentalmente en la historia de la humanidad, en el año 1960, que ocasionó la muerte de 2.500 personas y daños avaluados entre 500 y 700 millones de dólares de la época (Plafker y Savage, 1970).

Además de lo relacionado con los aspectos sísmicos, también están presentes de forma recurrente otros eventos naturales como maremotos, erupciones volcánicas, inundaciones, aluviones e incendios, entre otros. Según los expertos, en Chile ocurren casi todas las variables naturales que motivan y favorecen la ocurrencia de estos eventos, con excepción de huracanes y tornados (Espinoza, 1990).

Es importante señalar además, que la geografía del territorio chileno es compleja: se considera el país más largo del continente y el más estrecho, lo que dificulta la logística principalmente cuando todo se concentra en la zona central del país; que la disposición territorial urbanística no considera los riesgos asociados a los eventos identificados; y la existencia de una cultura basada en la reacción más que en la prevención, hace que la gestión logística y principalmente lo relativo a temas humanitarios, tenga una gran importancia a la hora de tomar decisiones y llevar adelante estos procesos.

Si analizamos el gran incendio ocurrido el año 2014 en la región de Valparaíso según información entregada por ONEMI (Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior y Seguridad Pública), éste consumió una superficie de 926,4 hectáreas, de las cuales 28,2 corresponde al área ocupada por viviendas. A raíz de esta emergencia, se reportaron 15 personas fallecidas, cinco lesionados, 500 personas atendidas de manera ambulatoria, 2.900 viviendas destruidas, 12.500 damnificados y 12.400 personas evacuadas (www.onemi.cl).

Los recursos de personal utilizados para atender el incendio fue un tema complejo, ya que muchos voluntarios participaron, pero la dinámica y rapidez de las necesidades de las personas y la comunicación hacían que la designación no fuera eficiente; por esto nace la iniciativa de conectar voluntarios y agilizar los procesos de convocatoria a través de un mapa en tiempo real, que se está desarrollando actualmente en el país mediante la aplicación faltanmanos.org.

Como conclusión y pasando a aspectos más prácticos, es necesario contar con políticas y estrategias que permitan optimizar la distribución de recursos, ya que las víctimas deben ser provistas de alimentación, medicamentos y atenciones de salud, productos de higiene y vestuario, entre otros. Además de contar con buenos sistemas de comunicación y con la incorporación de tecnologías de información in situ a todos los colaboradores.

En este sentido, los retos o desafíos de la planificación de la logística de emergencia corresponden a:

  • Cuantificación de la demanda (Población afectada).
  • Incertidumbre sobre rutas inutilizables (problemas de accesibilidad para bomberos y otros), seguridad, capacidad de las instalaciones.
  • Comunicación compleja debido a los daños en las comunicaciones, las participaciones externas y el acceso de información en tiempo real.
  • Recursos disponibles, capacidad de transporte, combustible, personal.

Colaboración de Paula Quiroz para www.delogistica.com

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