Un estudio español descubrió que, a diferencia del resto de las industrias de ese país, el uso de facturas electrónicas en el sector logístico se ubica por debajo de la media. Si bien este sector representa cerca del 3% del PIB, solo el 0,02 por 100 de las empresas emisoras de facturas electrónicas españolas y también el 0,02 por 100 de las receptoras. La paradoja es que son estas compañías las que crecen, en gran parte, gracias al aumento del comercio electrónico pero siguen sin digitalizarse completamente, en parte debido al perfil de sus clientes según el análisis.
Cabe recordar que, gracias al uso de las facturas electrónicas las empresas españolas se ahorraron en 2018 algo más de 900 millones de euros en su recepción y 511 millones de euros en la gestión de los documentos emitidos. También se ahorraron 662.145 horas en la tramitación de las facturas recibidas y 106.963 horas en las emitidas, además de reducir de manera significativa el impacto medioambiental derivado de la eliminación del uso de papel.
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