Últimamente han salido distintos reportajes sobre la importancia de que los gerentes o líderes en general sean cercanos, humanos, empáticos, etc., sin embargo, ¿basta con sólo mencionarlo en el papel? La experiencia empírica demuestra que no. Sólo basta con recordar las distintas certificaciones existentes o reglamentos de cada empresa, si las personas que componen los equipos no se sienten involucrados claramente el merchandising comunicacional fallará.
Vamos por partes, a veces cuando la medición de engagement (o compromiso) en las empresas está pasando por un mal momento, se toma la decisión de enviar a los ejecutivos o jefes a escalar montañas, retiros espirituales o tertulias empresariales, con el fin de entender cómo mejorar los números de estos indicadores; reuniones a veces entretenidas, otras medias fomes, en fin tienen como objetivo específico que los líderes de las empresas lleguen con un “aire nuevo” que les permitan acercarse a sus equipos. Si bien es loable la iniciativa ¿soluciona el problema? Pareciera que no y menos en los tiempos actuales donde las sociedades están más empoderadas.
Hay cosas que se pueden aprender en una sala de clases o en una capacitación técnica, pero ¿se puede aprender a ser un líder humano? Sí, pero en otras aulas tales como, en la oficina escuchando los aportes del equipo, haciendo trabajo en terreno con las personas y compartiendo, saludando en forma franca y humana desde el portero hasta el último ejecutivo; en fin, existen varias maneras de aprender a ser un líder humano pero siempre involucrándose en el día a día de las personas. Todo lo anterior tiene prerrequisitos, que son la ética y la consecuencia, así se logran las confianzas y validaciones, sin éstos cualquier acción resultará poco creíble.
Cuando hablamos de empatía, hablamos de colocarse en el lugar del otro y no solo de palabra, sino que de acción, esto quiere decir, imaginar dentro de lo posible los trabajos realizados por las personas que componen nuestros equipos y hacerlos con ellos, no sin ellos, así las personas sentirán que sus líderes humanos los entienden aunque en pequeñas cosas, eso genera la ansiada validación y su consiguiente compromiso.
Todo lo anterior hace que nuestros equipos estén más felices o por lo menos más comprometidos porque saben que “a la corta o a la larga” sus líderes están con ellos aunque piensen diferente, aunque sientan diferentes o simplemente aunque sean más callados o más habladores, si esto se hace con ética y consecuencia el resto pasa a ser secundario.
Esto no se trata de caer bien a todo el mundo ni andar por la vida contando chistes o ser hiperventilado, solo se trata de ser Humano y Justo; como decía Isaac Newton frente a una acción siempre hay una reacción, si esa acción es buena y bien intencionada por lo general tendrán una reacción cercana a eso y viceversa. Esto se ve simple pero no lo es, para esto se requiere apertura, tolerancia y mucho respeto, así podríamos decir que estamos en camino a ser un líder humano.
Por último, pensemos que todos tenemos dificultades en cada uno de nuestros mundos, si logramos entender que nuestros equipos de repente se levantan a las 5 de la madrugada para recorrer 3 horas hasta los lugares de trabajo con todo lo que eso implica, estaremos entendiendo la parte humana de ser líder.
PD: Esta editorial está dedicada mis queridas Alicia y Genoveva, que todos los días con una gran sonrisa me esperaban con un rico té o café en una empresa.
Rodrigo Rojas Toledo
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